El amor es un milagro


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hay que encender una luz en la oscuridad

Buen martes para los que están lejos. Buen martes para los que están cerca. Cada día es un regalo, una segunda oportunidad, pero a usted y mí, a veces, se nos olvida.

Los discípulos de Jesús estamos abarrotados de preguntas. Hay preguntas más fáciles de responder que otras. Nosotros sentimos predilección por los fáciles. Y es que las preguntas arduas nos hacen daño. Son como esas ramas con espinas que hay en el camino. ¿Qué significa amar al que está más cerca de usted y de mí? Esta es una pregunta con apículos. Con púas.

El amor son muchas cosas que se dan cita a una misma hora y en un mismo lugar. Una especie de milagro con la que no todos tropezamos. Nosotros, que lo simplificamos casi todo, declaramos que el amor es un afecto, una compatibilidad, una atracción, en compartir y muchas cosas más. Y si, quizás estas cosas sean importantes, pero ellas no garantizan que vivamos el amor. Al menos ese amor que lo espera todo, que lo soporta todo, que lo cree todo. Las Escrituras dicen que el Sr. Dios es amor. Y Jesús eligió el amor para vencer el mal.

Y quizás, para alguien que me escucha, sea extraño entender que el amor es el resultado de nuestra elección. Pero si, el amor es una elección cotidiana. Tan diario como el pan. Sin embargo, nos han enseñado, desde que éramos unos niños, que el amor era algo que se ganaba o se perdía. Que dependía de las circunstancias de la vida. Y que estaba fuera de nuestro control. Pero no es verdad. Podemos elegir.

Jesús no dijo que podíamos elegir el amor para enfrentar al resentimiento, para hacer frente al miedo, para combatir a la injusticia, para curar el dolor, para responder con gratitud, para no pagar con la misma moneda a las palabras duras que nos dicen. Pero a nosotros nos cuesta. Y mucho.

Una de las primeras cosas que hace el Espíritu Santo por nosotros es musitarnos al oído la palabra libertad. Si, usted y yo hemos sido llamados a ser libres y nuestra libertad reside en el poder de elegir el amor, o no elegirlo, cada día cuando sale el sol.

La fe adulta nos dice que el desamor engendra desamor. Y que el amor engendra amor. Y que este último será el distintivo de los que han nacido de nuevo.

Lectura del evangelio de Mateo 5, 43-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: ¿Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo? Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.

¿Quién me acompañara en una oración? ¿Quién?

Señor de la vida: En esta mañana dame la fuerza suficiente para amar a los que nos hacen daño y nos causan dolor. Jesús, nosotros a ti seguimos. Amén. Augusto G. Milián

 

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