Gratitud

Siempre he creido que cuando te dedicas a hacer algo bueno por los demás no es necesario que te den las gracias. Que se hacia el bien por el simple hecho de hacerlo. Que no había que esperar una palabra amable al final de la jornada. Pero he estado equivocado todos estos años.

Los dinosaurios del rebaño necesitan mostrarse agradecidos cuando reciben cariño y cuidado. Y les da lo mismo mostrar su gratitud mediante una oración o con un gesto. Se sirven de un postre o de un abrazo para trasmitir cuan alimentados y cuidados se sienten.

A veces dejamos que los conceptos errados nos marquen el rumbo. A veces nos retiramos sin dar tiempo a que nos despidan. Rechazamos un regalo para que no crean que somos interesados. A veces decimos "no es necesario" para que quede claro cuan humildes somos.

Pero hacer el bien también incluye quedarse y oir lo que los demás quieren ofrecerte como regalo. Como si fuera una recompensa. Aunque la mayoría de las veces sólo sean palabras. Y es que hay palabras que nunca se las lleva el viento. Hay palabras que pesan mucho. Son como el plomo. Te hunden, pero solo entonces puedes ver las maravillas que hay debajo del mar.

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