Intolerancia

Hay una pregunta que los amigos nunca me hicieron. Los enemigos tampoco. Y no creo que haya sido por falta de curiosidad. Sospecho que la curiosidad siempre estará ahí. Durmiendo en nuestras puertas. Como un perro.

Pero es una pregunta que yo mismo me he respondido para tener un poco de concordia interior. Para tener una explicación que darme por si un día la nostalgia grita y se rebela como una fiera acosada.

¿Por qué abandoné aquella isla?

Al principio me costó encontrar palabras para ser sincero y claro. De hecho reconozco que no tengo muchas respuestas para las cosas que me ocurren. Lo único que sé con certeza es que abandonar aquella isla no fue fácil. ¿Pero hay algo fácil en la vida? Quizás morirse sea fácil.

He oído, que los que abandonan la isla lo hacen para investigar que hay más allá del horizonte. Para comprobar que la tierra es realmente redonda y que siempre hay un sitio donde el mar se une con la tierra. Y que prometen regresar como las golondrinas. Pero eso es una mentira piadosa. Aquella isla se deja por otras cosas. Más brutales. Más hermosas. Y los que regresan lo hacen para ser enterrados entre las raíces de los almácigos y la sombra de las palmas reales.

Un día metí la ropa en una botella y me despedí de la familia y de los amigos y me lancé al mar tras un rezo silente y hondo. Me fui es pos de un sueño que flotaba entre el oleaje y la tristeza. Crucé el mar porque quería encontrar cosas que en la isla no hay.

Me marché porque estaba con el agua hasta el cuello. Con mucho agua salada rodeándome las veinte y cuatro horas del día. Me marché porque no tenía fe en los éxitos incuestionables del gobierno ni creía que el Partido lograría obrar el milagro de hacernos caminar por encima de las aguas. Me marché porque estaba hastiado de tanta dictadura del proletariado y de cargar con tantas máscaras en la mochila. Me marché porque la vida se me inundaba de vulgaridad y política. Me marché porque no soportaba tener al imperialismo yanqui a noventa millas. Me marché para poder elegir que libros leer y que películas ver. Me marché porque no quería aplaudir más y necesitaba escribir. Si no lograba escribir me moría.

¿Qué por qué abandoné aquella isla? Por intolerancia.

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