Cuando perdonamos el mundo cambia.

Hay tres cosas que los dinosaurios del rebaño no saben. Así que se los comunicaré poco a poco. Como si fuera una medicación dosificada. Evitaré que se asusten. No hay nada tan peligroso como una comunidad en estampida.

Y estas tres cosas las he preparado como homilías para los próximos domingos.

1º Dios es una mujer negra
2º Jesús es cordial; pero feo
3º El Espíritu Santo es una chica y le gustan los trabajos de jardinería.

Sobre estas cosas tenía ciertas sospechas. No soy nada ortodoxo. Siempre imaginé que había algo en la teología que no era como me habían contado, pero el libro de W. Paul Young ha sido la gota que ha colmado el vaso.

Hay libros que te invitan a cambiar la manera de vestir. Otros la de comer. Y otros, los menos, la manera que tienes de seducir. La cabaña es de los que te dicen "hasta aquí hemos llegado", y entonces tienes que replantearte por qué abandonamos a Dios. Si es que alguna vez caminamos a su lado.

Pero hay otra cosa que los dinosaurios ni sospechan: cada vez que perdonamos, nuestro mundo cambia.

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