¿Tienes paz?

¿Tienes paz? Esta es una pregunta que nadie del rebaño me hace nunca. Me preguntan otras cosas: ¿Estás bien? ¿Qué tal la familia? ¿Cómo van las cosas en aquella isla?

Pero lo que realmente necesitamos saber es si tenemos paz, si en nuestra vida hay momentos de felicidad, si hay momentos de amor, si hay momentos de armonía. Cuando me lleno de valor y respondo a esa pregunta con el corazón en la mano con un: si, tengo paz. Entonces se hace el silencio. Y es que la paz y el silencio se dan la mano y salen de paseo juntos.

Cuando nada me falta, cuando nada me enturbia el sueño las preguntas sobran. Los ruidos se hacen innecesarios. Y me encuentro equipado para seguir esa labor personal e impagable de llevar a los dinosaurios a prados con hierbas y agua.

Comentarios