El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos y el amor no lo reflejo como ayer.

Leo la entrevista que El País hizo en su edición dominical al señor José Luis Centella, nuevo Secretario General del PCE y los pelos se me ponen de punta. Y no es porque me haya dado electricidad.

Ya sé que los cristianos no debemos usar el púlpito para hacer política, pero no me daré permiso, esta vez, para dejar de ser un homo politicus. No entiendo porque somos siempre los mismos los que hemos de permanecer callados, mientrás los demás dicen lo que piensan sin tapujos.

Me imagino que las palabras de Centella sean sus opiniones. Así que diré las mías sin espesuras.

Nací bajo la dictadura del proletariado teniendo como guía y camino, el que trazaba el Partido Comunista y eso no me hizo un tipo de derecha ni un fascistas. La intolerancia y la falta de libertad me hizo más tolerante y más sensible a la libertad de los demás. Es irónico decirlo pero el marxismo me hizo encontrarme con Jesús, el Cristo.

No se si los comunistas acabarán pidiendo perdón o no. Pero será la historia quien nos saque de dudas. Y es que es muy fácil ser de izquierdas en España. Dice el Diccionario soviético de filosofía. Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1965: la práctica es el criterio de toda verdad así que de tener el móvil o el e.mail del compañero Centella le invitaría a que me acompañáse a visitar mi familia en aquella isla el próximo año.

Quizás vería, si quiere, que no todos los presos políticos son por ser cómplices de atentados terroristas ni por estar a sueldo de la Embajada de los EE.UU. Quizás, si mira bien, se daría cuenta que el bloqueo que más daño hace no es el que ha impuesto el gobierno norteamericano, sino el que ha puesto el propio gobierno a sus ciudadanos.

Ya se que la historia está llena de crímenes. Incluso la historia del cristianismo. Pero a diferencia del camarada Centello, algunos cristianos estamos dispuesto a pedir perdón.

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