La fe como drama.

¿Soy digno de amor o de odio? ¿Soy digno de Dios? Estas son preguntas que se hacen la gente con fe.

Dios no se enfada conmigo. Soy yo el que se enfado con Dios. Esta es una experiencia a la que he llegado.

¿Amo a Dios por encima de todas las cosas? ¿Qué imagen de Dios tengo? ¿Es Dios una amenaza para que yo viva bien? ¿Puedo contar con su perdón? Estas son preguntas que me hago de Pascuas a San Juan.

No me quita el sueño como otros vieron a Jesús; sino como le veo yo. Lo importante es que Jesús me sea contemporáneo. Esta es un pensamiento que me llega antes de subir cada domingo al púlpito.

El hombre necesita ser liberado de las falsas imágenes de Dios, pero también necesita ser salvado. Y la salvación viene en el kit de la elección. Antes de necesitar hacer algo, ya hemos sido acogidos por Dios. Y somos acogidos tal como somos y en la situación que estamos. Esto es la opinión de un amigo teológo.

Pecar no es sólo transgredir una ley. Pecar es sobretodo dañar una relación. Esto no es teología sistemática, sino exegética.

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