Siempre

Para Yahiz

Siempre hay un olor.
Siempre,
que me cambia el día,
que me trastorna los planes,
que me reinicia el camino.

El olor del comino, por ejemplo,
los pétalos de violetas, por citar algo,
la hierba recién cortada, por referencias,
el arroz con leche cubierto de canela, definitivamente.

Siempre hay un olor
pidiéndote que renuncies a esta vida,
que claudiques ante la lejanía,
que te abstengas de pensar en aquella isla.

Ahora sé que olvidaré los versículos
que no sabré donde encontrarlos
que no podré ubicarlos geográficamente
que acabaré por cambiar las palabras.

Pero los olores no,
en algún lugar de mi mente
estarán a salvo,
camuflados,
esperando.

Y es que siempre hay un olor,
siempre,
que te hace volver la vista.

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