¿Somos elegidos?

Cuando sabes que has sido elegido, comienzas a ser consciente de que eres una persona especial. Alguien se ha fijado en ti y ha expresado el deseo de conocerte. Mirando así el asunto entonces puedo decir que hemos sido vistos por Dios desde la eternidad. Y Dios nos ha encontrado especiales. Desde antes que comenzaramos a caminar ya Dios nos había acariciado.

Cuando alguna que otra vez hecho una mirada en mi interior oigo algunas voces que me dicen: No eres nada especial, eres como los demás. Estas voces a veces son muy poderosas. Es precisamente en medio de estas realidades que nos preguntamos: ¿Realmente alguien me quiere? Y a pesar de que el mundo no nos haya escogido tenemos que atrevernos a afirmar que somos los elegidos de Dios. A pesar de que nuestras familias, amigas o hermanos en la fe quieran darnos o no importancia, tenemos que atrevernos a creer que hemos sido elegidos. Y es que mucho antes de que alguna persona nos hablara en este mundo, Dios se dirigió a nosotros con una voz.

Uds. me preguntarán: ¿Cómo puedo creerme que he sido elegido si cada día soy rechazado? Yo creo que tenemos algunos medios a nuestro alcance para encontrar respuestas.

Primeramente hemos de saber que nuestro mundo es muy manipulador. Sobre quienes somos se nos dice mucha mentira. Se nos dice, por ejemplo, que si somos guapos, tendremos éxito. Se nos dice que si somos delgados, seremos elegantes. Se nos dice que si tenemos tal coche, podremos ir más rápido. Pero esto no es verdad. Fuimos elegidos por Dios.

En segundo lugar tenemos que rodearnos de personas y de lugares donde se nos recuerde nuestra identidad como elegidos de Dios. La iglesia no es un club donde venimos a pasarlo bien. Es más bien el sitio donde personas como tú y como yo nos encontramos. Y somos personas rotas.

Y la tercera cosa que podríamos hacer es celebrar nuestra condición de elegidos cada día. Y eso significa ser agradecidos.

Yo sé que algunos días no son fáciles. Yo sé que nos gusta quejarnos. Yo sé que hay días que añoramos a nuestros seres queridos que ya no están o al lugar donde nacimos. Yo sé que hay días en que somos rechazados. Yo sé que hay días que queremos vengarnos. Pero cuando pasen estos días podremos ver la luz de Dios a nuestro alrededor. Y veremos lo que realmente somos: los hijos y las hijas de Dios.

Sentirnos acogidos es la base para sentirnos amados. Y esto nos lo tenemos que creer para poder vivir esta vida. Nadie puede vivir nuestra vida por nosotros. Solo cuando entendamos que hemos sido elegidos podremos ver cómo somos bendecidos

Comentarios