Llamadores de ángeles.

Salir a pasear por Zaragoza tiene sus beneficios. Y no me refiero a los físicos solamente. Esta ves, hago referencia a ver cosas nuevas. A descubrir novedades.

Pues caminando y caminando me llegue a la Plaza del Pilar. Frente al ayuntamiento de la ciudad han construido un pueblecito de casetas alpinas donde te venden dulces, artesanías, joyas, plantas, juguetes y adornos navideños.

Y no sé por qué la caseta más concurrida es la del centro. A la que no se puede uno acercar al mostrador, por los parroquianos que la rodean, es la que vende los llamadores de ángeles. Como no sabía de que se trataba me puse las gafas y leí:

Llamador de ángeles, delicado sonido al chocar en su interior trocitos de plata. Su sonido atrae a las energías angélicas para que puedas sentir su protección, apoyo y amor a tu lado. En la India y otros paises las mujeres embarazadas los llevaban a la altura del ombligo para proteger al bebe de cualquier negatividad externa, incluso de los shoks o traumas que pudiera sufrir la madre. Usado desde la epoca medieval como protector. Su sonido es armonizador, trayendo paz y alegría al espiritu. Recomendación: hazlo sonar cuando desees algo de corazón

No está mal la oferta. Por catorce euros puedes tener un ángel cerca. Por catorce euros puedes sentirte protegido y amado. Por catorce euros puedes oler a rosas a tu alrededor.

Y haciendo el camino de regreso a casa me pregunto: ¿Tan mal nos va la vida que necesitamos de ángeles para sentirnos protegidos y amados? ¿No sería más fácil decirle a la familia o a los amigos "me siento triste, quieránme"?

Pero no. La realidad es que no siempre hacemos lo fácil. Nos gustan las complicaciones. Preferimos hablar por telefóno que decir las cosas a la cara. Optamos por charrar en el MSN horas y horas que quedar con alguien y decirle: nos gusta estar cerca de tí. Y para colmo cuando deseamos algo de todo corazón vamos y tocamos una campanilla en vez de remangarnos las mangas de la camisa y meternos en el río.

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