To be or not to be that is the question!

Ha estas alturas de mi vida han de sospechar, los que me conoce y no los que me miran desde lejos como si fuera una higuera, que me gustan las páginas web informativas, las anunciadoras, las cosmopolitas, las serias (aunque emanen risas), incluso visito las fálibles y las equívocas. Pero hoy me enfrento con otro sorpresa: también me animan las web opcionales. Las dualistas. Si, esas que te dan optativas. Esas que te hacen dudar si ir a un sitio o a otro. Esas que sin misericordia alguno me sitúan ante la disyuntiva de ser o no ser.
 La nota de prensa dice a raja tabla: Como cada año, la Alianza Evangélica Española (AEE) convoca a las iglesias evangélicas a celebrar la Semana Universal de Oración (del 10 al 17 de enero). Este año el lema es "¡Vosotros sois mis testigos!". Y en menos de un centímetro más abajo contínua: Tradicionalmente, la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos se celebra del 18 al 25 de enero, convocada por el Consejo Mundial de las Iglesias (CMI) y Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos.  Esta fecha fue propuestas en 1908 por Paul Watson para cubrir el periodo entre la fiesta de San Pedro y la de San Pablo. El lema de este año es "Vosotros soís testigos de todas estas cosas".

Reflexiono en voz baja. Donde nadie me ve. Primero:¡Dos semanas para orar!. Que bien, no? En una podré estar con mis hermanos evangélicos en estricta exclusividad y en la otra con los católicos, los ortodoxos y los adventistas teniéndoles para mí sólo. Sin duda soy un tipo con suerte. Segundo: ¡El mismo lema! Mmmmmmmmmm. Esto facilita mucho la cosas. Las reflexiones serán monotemáticas y profundísimas. Será algo asi como un postgrado sobre Lucas 14:48 en quince días. No albergo titubeos, Dios es muy bondadoso conmigo. Tercero: Ecumenismo intensivo y abasallador. En solo dos semanas podré levantar o no los brazos, cantar coros con letras judaizantes e himnos europeos de hace dos siglos atrás. Podré deleitarme con sonidos de baterias, de trompetas, de guitarras electrícas, de panderos y escuchar el órgano de iglesia de toda la vida. Podré decir muchas veces Aleluya o quedarme en silencio mirando como se balancean las luces de las velas mientrás un canto de Taizé me toma por asalto. ¿Qué decir ante tanta bendición? ¿Hago una oración de acción de gracia o me pongo a llorar?

Vuelvo a leer la noticia por si aun me queda algún reparo. Pero no. La realidad supera con creces nuestros sueños.Como no podemos orar junto nos hemos auxiliado del calendario para cumplir los preceptos. Me gustan las web que pretenden quedar bien con el Alianza Evangélica Española (AEE) y con el Consejo Mundial de Iglesias (CMI).

Me enamoran las noticias postmodernas. Aleluya! Pero una últimna cosa: ¿No habíamos dejado ya atrás la postmodernidad?

Comentarios