La tesís no es mía. Más bien la he puesto en práctica a lo largo de los años. Pero es un recurso tan antiguo como la salida de Adán y Eva del Paraiso. Pero no por antigua deja de ser recurrente. La tesís dice que los kilometros a recorrer en el mundo son proporcionales al daño que nos ha producido una rotura de corazón. Cuando alguien nos trasmite de manera oral o cibernéticamente que no nos ama inmediatamente buscamos un mapamundi y tras estirar el dedo decidimos viajar alli con la esperanza de que el dolor sea menos y las lágrimas menos saladas.
Gente que se ha servido de este recursos hay miles. Famosos y no tan famosos. Me consta que Edmundo Dantes, John Silver, D´artagnan, John Smith, El Corsario Negro, Simbad el Marino, Jane Eyre entre otros pusieron kilometros por medio cuando un amor mal correspondido toco a sus puertas.
Con otras gentes no lo tengo tan seguro; pero eso de hacer un equipaje y sin una despedida abandonar a los amigos y la casa me hace que pensar.
Hoy he recibido una pequeña nota vía e.mail de JC: Me marcho a Canadá. Cuando tenga dirección te aviso.
Me he quedado de piedra. O sea, no he respirado ni me he movido por casi dos minuto. Después cuando volví en mí fuí y busque un atlas. Localicé al Canadá. ¿Donde estará mi querido JC entre tanta tierra bañada por el Pacífico y el Atlántico? ¿Quién pudo hacerle tal herida que sólo podía ser curada en Canadá?
He dejado el mapa de Canadá desplegado en mi Lugar Sin Nombre del salón. A su lado he encendido una vela y he hecho una oración.
JC donde quieras que estés: ¡Que Dios te pueda limpiar las heridas y ponente vendas limpias!
Gente que se ha servido de este recursos hay miles. Famosos y no tan famosos. Me consta que Edmundo Dantes, John Silver, D´artagnan, John Smith, El Corsario Negro, Simbad el Marino, Jane Eyre entre otros pusieron kilometros por medio cuando un amor mal correspondido toco a sus puertas.
Con otras gentes no lo tengo tan seguro; pero eso de hacer un equipaje y sin una despedida abandonar a los amigos y la casa me hace que pensar.
Hoy he recibido una pequeña nota vía e.mail de JC: Me marcho a Canadá. Cuando tenga dirección te aviso.
Me he quedado de piedra. O sea, no he respirado ni me he movido por casi dos minuto. Después cuando volví en mí fuí y busque un atlas. Localicé al Canadá. ¿Donde estará mi querido JC entre tanta tierra bañada por el Pacífico y el Atlántico? ¿Quién pudo hacerle tal herida que sólo podía ser curada en Canadá?
He dejado el mapa de Canadá desplegado en mi Lugar Sin Nombre del salón. A su lado he encendido una vela y he hecho una oración.
JC donde quieras que estés: ¡Que Dios te pueda limpiar las heridas y ponente vendas limpias!
Comentarios
Publicar un comentario