La homosexualidad, el tiempo y Pablo Milanes.

Samuel David pregunta: ¿Cuánto tiempo le darías a un homosexual que llega a nuestra iglesia para que cambie su manera de vivir? ¿Un mes? ¿Un año?

Yo me pongo a canturrear la canción de Pablo Milanés el tiempo pasa nos vamos poniendo viejos y el amor no lo reflejo como ayer, para después preguntarme a mí mismo con angustías: ¿Qué tiempo me ha dado Dios para que oiga su voz: Tú eres mi hijo amado? Si pretendo ser franco he de responder a esta pregunta con un NO ME DIO TIEMPO. Si, he de confesar que no me da dado tiempo. Nada de tiempo, El es un caballero o alguna parte de El es una dama. No me demandó un mes. No me exigió un año. Y es que el tiempo, el mes y los años; son categorías nuestras; no de Dios. El Amor no nos da tiempo. El Amor se da simplemente. Pero nosotros lo hemos convertido en un implacale autoenemigo. La gracia y el perdón viven sin tiempo.

Caro Samuel David: No, definitivamente no le pediría a un homosexual un tiempo para que cambie su manera de vivir. Pero haría todo lo que está a mi alcance para que oiga esa voz que proclama: Tú eres mi hijo amado. Y cuando digo todo es todo. Incluso olvidarme que el tiempo pasa y me estoy poniendo viejo y que el amor no lo reflejo como ayer.

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