Dos gardenias para ti.

Vine anoche de La Campana de los Perdidos animoso. Escuchar boleros me pone de buen ánimo. La mayoría de los boleros que conozco hablan de sufrimiento, de amores imposibles y de rupturas de corazón. Pero a pesar de ello los sigo escuchando. Los boleros nos cantan que la mayoría de las penas que más nos afligen se originan en las personas que más cerca están de nuestro corazón.

La gran tentación de nuestra parte es culpar a los que nos hirieron por nuestra situación actual. Es muy fácil decir: Por tu culpa soy así. Pero esto no me aquieta el alma ni me hace menos pesada la carga. Para mi es un desafío cotidiano reconocer que estoy herido y que yo soy mucho más que el resultado de lo que los demás me han ocasionado.

Tengo la certeza que cuando reclamo mi identidad como hijo de Dios, tal como me hizo y me acepta, tengo toda la libertad para perdonar a los que me han hecho heridas. Incluso puedo regalarles dos gardenias.

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