¿Yo?: Mas griego que judío.

Tengo un problema. O un dilema. O un asunto pendiente que ha estado aletargado dentro de mi. Es una especie de estancamiento o como quieras llamarle. Pero ahora es como un escollo que impide que las aguas del río acaben en el mar.
Personalmente práctico la lógica. Soy una de esas raras criaturas que aunque han nacido cerca del Trópico de Cáncer hacen del pensar una categoría defensiva. Un baluarte. Un castillo fuerte. Un bastión. Y todo para evitarme algunos sentimientos.
Si, definitivamente eludo ciertos estados emocionales. Los esquivos como si se tratasen de trampas. Me escaqueo de ellos como de planchar las camisas blancas de manga larga. ¿Por qué lo hago? La respuesta tiene su congruencia, su sensatez: cuando no me doy permiso para vivir algunas emociones me estoy negando a encarar las circunstancias que te tocan a la puerta del corazón.
Pero este comportamiento. Esta conducta. Este proceder tan mío. Este estilo tan elegantemente frió de ser yo se hace visible sobre todas las cosas a nivel social, cuando tengo que interactuar con mis prójimos. Es entre ellos que mi brújula es la razón. Que mi bitácora es el raciocinio.
Mi problema es sencilla y llanamente que analizo la vida en vez de vivirla. En resumidas cuentas que soy mas griego que judío.

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