Necesitamos de más personas que hablen del sol

Caro Carlos Capó:

En vísperas de tu salida de esta península, que parece querer viajar hacia el invierno, te escribo y me recuerdo de muchas cosas. Me recuerdo, por ejemplo, de cuando nos conocimos en la primavera del año dos mil, en la pastoral de Granada. Entonces yo era estudiante del Seminario en la calle Beneficiencia, de Madrid.

Me recuerdo de como en un Sínodo General celebrada en El Escorial estuvimos hablando de poesía mientras cenábamos y te narraba mis andaduras por la montaña cuando el cansancio pastoral era mayor que los frutos de los programas realizados.

Me recuerdo de tus palabras, sobre todo de tus palabras, acerca del cuidado de las almas de las personas en la iglesia y del cuidado del alma del pastor por la iglesia. Y me recuerdo, porque necesitaba que alguien me dirigiera palabras de consuelo y compasión después de tantos años de estar consolando y siendo compasivo con los demás.

Me recuerdo del día que me escribiste "Si viviera en Zaragoza, como me gustaría ir a tu iglesia". Y lo recuerdo con alegría; porque intento que la comunidad donde sirvo sea entre otras cosas, un lugar de perdón y gracia. De veras que lo intento.

Así, que ahora que la noche llega sobre la ciudad y el edificio está en silencio, hago un ejercicio de memoria y gratitud, y quiero decirte también algo sin miramientos "Como me hubiese gustado tenerte como pastor".

Necesito de gente como tú para encontrar el camino a casa cuando estoy lejos y con hambre. Necesito de una voz pastoral como la tuya para ser más agradecido por el que me recogió; cuando estaba desnudo y golpeado en la cuneta, que ser un atesorador de penas hacia los que me han robado y me han golpeado.

Gracias por estar cerca todos estos años. Gracias por insistir en hablar del sol, cuando otros optan por hablar de las nubes grises en el horizonte. Necesitamos de más personas que hablen del sol.

Estés, donde estés ahora; si me puedes escuchar: Gracias!

En la paz y en la gratitud de Jesús.

Augusto

Zaragoza, Noviembre 2011

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