Días de panettone y de pasión.

El panettone es una especie de pan dulce elaborado bajo ciertas indicaciones y que contiene pasas y frutas confitadas. Generalmente tiene forma de cúpula y su masa esta hecha de harina, huevos, levadura, mantequilla y azúcar. Es el postre tradicional durante la Navidad en Milán. Se sirve en rebanadas verticales acompañado de chocolate caliente o un vino dulce. Dada la popularidad que ha alcanzado internacionalmente se puede comprar ya en medio mundo y no es necesario esperar a fin de año para comerlo.
Sus orígenes se remontan a la época de los antiguos romanos ya que fueron los primeros en endulzar un pan con levadura con miel. Pero el primer testimonio de su presencia se encuentra en una pintura del siglo XVI de Brueghel el Viejo y en un libro de recetas de Bartolomeo Scappi, cocinero personal de papas y emperadores en los tiempos de Carlos V. 
Pero hay más. Soy un apasionado del panettone. Lo como tanto cuando estoy contento como cuando estoy triste. El el postre más poco revelador de mis emociones sobre la faz de la tierra. Nadie nunca sabrá que emociones albergo cuando como panettone. Y es que en el panettone he encontrado un sitio de quietud. 
La mayoría de las veces buscamos de personas y cosas en el cual depositar nuestro amor porque no tenemos la menor idea de dónde depositarlo. Así que nos decimos: si el amor está con él entonces sé donde encontrarlo, puesto que él está a mi lado. Pero esto es un error. No deberíamos hacerlo. No podemos estar  acotando el amor en una persona o en una cosa. Hay que permitir que el amor vaya de un sitio a otro. Que fluya. Cuando estamos depositando el amor en una persona para que nos lo devuelva cuando se lo reclamemos en realidad lo que estamos haciendo es reprimiendo. Domesticando. 
Algunos dinosaurios me preguntan: ¿Has tenido una vida apasionada? Y yo respondo con un sí rotundo. He sido un apasionado de la vida siempre. El hecho de comprar panettone en vísperas de cuaresma es una prueba de ello. Pero ya no dirijo la pasión hacia una persona o una cosa. Ahora encañono a Dios. 
Ya sé que algunas personas puedan estar enojadas con Dios. Pero yo ya no lo hago. Cuando alguien te ama acabas por dejar de enojarte con ella entre otras cosas. Y es que aquel que nos ama acaba dándolo todo para mantenerte unido a él.
Son días de pasión. Son días de panettone. Mi vida sin esas cosas sería muy triste.

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