Mañana tomaré un banana split.

Mañana es primer día de mes,
el mes en que los niños regresan a los colegios
como si fueran aves migratorias
que han estado en el Norte.
Mañana los católicos celebran San Gil,
un santo que amaba la soledad
tanto como a los animales.
Mañana desayunaré con té chino
y pan de Bailo embarrado de mermelada de moras silvestres.
Mañana tendré abierto un atlas de geografía
sobre la mesa de la cocina
para saber dónde habitan los amigos
que no tengo cerca.
y que por su culpa
aun palpita mi corazón.
Mañana es un día
que lleno de ritos y de oraciones,
un día que me regalo un libro
y que el correo se llena de postales.
Mañana tomaré el cuaderno
que atesoro junto a las fotos de familia,
y donde escribo las cosas más importantes
para no olvidarme de ellas
y anotaré el nombre
de todos los que me han amado en este año
de todos los que me han levantado en estos meses
de todos los que me han curado las heridas en los últimos días
de todos los que me han perdonado en las últimas horas.
Y es que no me puedo dame  permiso
de no recordar,
no acepto la idea de dejar de ser agradecido con los años.
Mañana es una buena ocasión
para gritar a los cuatro vientos
que aunque me he endurecido con las pesas y los años
no he perdido la ternura.
Mañana haré un ejercicio de acción de gracias,
es un ejercicio sencillo y anual,
no requiere de grandes preparativos
ni de que haga un buen tiempo.
Mañana inclinaré la cabeza
y diré en voz alta
para que no quede la menor duda
de que aun puedo rememorar
los nombres
de todos los que en algún momento de sus vidas
encendieron una luz
para alumbrar mis oscuridades
y me empujaron al sitio que ahora ocupo.
Mañana buscaré en mi iPod
a Cristina Aguilera
y le daré al play en Bound to you.
Mañana en una cafetería del Paseo Independencia
donde nadie me conozca
tomaré un banana split.
y me cantaré
Happy birthday to me.



Comentarios