Las apariencias engañan.

Los personas somos seres complejos,
polimorfos,
con actitudes benignas,
con emociones  tóxicas
y comportamientos poco coherentes entre sí
y es que lo que hacemos
lo hacemos para lograr la supervivencia
en un modo hostil
como si vivierámos en Pandora
y no en la Tierra.
Las personas somos capaces de muchas cosas
podemos estar enamorados de dos personas a la vez,
podemos  odiar y apreciar al mismo tiempo a otro individuo
de nuestra misma especie,
podemos prodigar ceremonias de hipocresía con nuestra pareja,
con nuestros amigos,
con nuestros compañeros de camino
con la familia.
Cada día pensamos una cosa
y hacemos otra bien distinta.
Unas veces actuamos así para no hacer daño a los demás,
otras por pura conveniencia,
por pura comodidad,
por puro egoismo.
Y vamos modelando nuestra manera de ser
en función de lo que los demás esperan de nosotros.
Las personas somos seres complejos
y por eso nos vestimos de gala cada mañana
y nos ponemos un antifaz blanco para el baile,
pero si me preguntas: ¿Cómo estás?
te responderé: ¡Genial! 
Y entonces tendrás que darme un abrazo
porque, aquí entre nosotros, la palabra genial
no tiene otro significado que nadie a querido bailar conmigo
y me siento solo.
Y es que las apariencias engañan.

Placetas, 2012




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