¿Es Sheldon Lee Cooper cristiano?

No tengo respuesta a esta pregunta. Algunas sospechas si. Pero no quiero guiarme por las apariencias esta vez. Así que tendré que preguntarle al propio Sheldon cuando me lo encuentre en la tienda Taj Mahal Comics que está en la calle Juan Pablo Bonet, 16.
La mayoría de las personas religiosas que conozco tienen algo en común. Para ellos el Sr. Dios es una especie de Gandalf que vive dentro de una torre en lo alto de la montaña. Asi que ellos pueden verle desde la distancia, pero nunca se acercaran demasiado. Pueden estar cantándole horas y horas desde el valle, pero nunca le invitarán a dar un paseo intímo. Pueden establecer discusiones que duren semanas sobre quién merece entrar dentro de la torre con el Sr. Dios. Pero, ellos, nunca pondrán un pie dentro de la propiedad y mucho menos se presentarán para hablar con el Sr. Dios.
Cuando hasta los religiosos llega alguien que ha estado dentro de la torre y ha estado tomando té de limón con el Sr. Dios y habla sobre todo lo que ha visto y escuchado, los religiosos le miran con desprecio y le acusan entre otras cosas de irreverente y herético. Luego le ponen la etiqueta de orate. Y es que de los locos todos nos podemos reir. Admiten la burla.
Hay personas que sin ser superheroes nos hacen tambalear el mundo que habitamos. La visión que ofercen es tan disidente que nos causa temor. Y frente al miedo nos replegamos. Nos hundimos en las trincheras antiguas. Y es que ese tipo de gente, los irreverentes, los herejes, los locos, han logrado hacer algo que nosotros nunca nos hemos atrevido ni a soñar. Cruzar la puerta y entrar a otra dimención en la relación con el Sr. Dios. Una nueva.
En otras palabras, es lo mismo que nos pasaría si un día descubrimos que somos Bruce Wayne, pero a la vez nos negamos a vestirnos de negro y correr por las azoteas de Gothan City para impartir justicia.

Zaragoza, 2012


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