La música que escucha el Espíritu Santo.

Mi amigo Paul Young dice que el Espíritu Santo es una mujer. Que tiene rasgos asiáticos. Y que le gusta la jardinería. Yo no me rompo las vestiduras con este credo. Tampoco me echo cenizas sobre la cabeza. Sé que mi amigo es poco ortodoxo. ¿Pero quién no tiene un amigo asi? Personas así son nuestro tesoro. Nuestro Señor de los Anillos. Una riqueza añadida para estos tiempos. Una bendición. En los días en que el cristianismo resulta cada vez más irrelevante me mantengo espectante a toda alegoría e idea sobre el Sr. Dios.
Asi que desde que Paul publicó su libro La cabaña, en castellano, suelo escuchar música asiática mientrás escribo, mientras cocino, mientras plancho las camisas blancas. Y no es que busque relajarme. Nada de eso. Lo hago más bien por solidaridad. Escucho esta música para invitar al Espíritu Santo a bailar. A estar cerca. A qué me diga cómo ve la vida. Cómo me ve a mí. Y es que la música está relacionada con todo. Es como el amor.
A veces, aprovechando mi ensimismamiento, el Espíritu Santo busca entre mis discos y selecciona una banda sonora. No sé por qué le gustan tanto este tipo de música. Le digo que es una música poco sagrada. Me mira, como sólo miran los ninjas antes de atacar a un indefenso samurai, y me dice:  
                                  
เพลงที่คุณได้ยินเสียงใด ๆ เป็นเพลงของพระเจ้า. 
                                  ไม่ว่าสิ่งที่เป็นเพศไม่มี เขามักจะสร้างเพลงรอบ.(1)


Avergonzado suspiro hondo. Como suspiró Colón cuando llegó a Cuba. Como suspiró Galileo después de afirmar delante del tribunal que la tierra era el centro del Universo. Como suspiró Guillermo Tell antes de disparar a la manzana que tenía su hijo en la cabeza. Y es que no soy consciente muchas veces que el Sr. Dios es también el Sr. Creador. Y que aunque somos nosotros los que componemos las canciones, es El que lleva el ritmo.

(1)  Traducido del tailandés. Toda música que suena es música de Dios. No importa de qué género es. El siempre está en todo creación musical.

Zaragoza, 2009
                                                          

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