El oficio de ser sombra.

a mi madre
Nunca pensé que acabaría llevandóte de la mano,
que sería ese que vigila tus pasos para que no te caigas,
que sería ese que te sostiene para que cruces la calle sin temores,
ese que te da la comida 
y te limpia los labios después de cada cucharada
mientrás lloras porque quieres chocolate.
Nunca pensé que viviría tu vida
que dormiría en tu cama como si fuera la mía
que miraría las fotos de tu juventud y lloraría contigo.

Esto es algo que nunca me hubiera creído
por más que me lo vaticinaran
y es que vivir nuestra propia vida ya es de por sí arduo
así que imaginate como es vivir la vida de otro
que ya no recuerda su nombre.

Nunca pensé que te pasearía en medio de la noche
como si fuerámos de compras al mercado
y te pidiera que me dijeras el nombre de las naranjas, de los plátanos, de los tomates,
porque yo no los recordaba y necesitara de tu memoria para nombrarlos.

Nunca pensé que mi oficio sería el de ser tu sombra.

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