Feeling good.

Vas a despertarte sitiada por el agua
después de tanto silencio.
La máquina del café está muerta
y en mi boca ese sabor amargo
que deja la noche y el ayuno prolongado.
Tú estás a mi lado
como una manta;
pero no estás muerta,
a diferencia de la máquina de café,
tú respiras
y hablas mientras duermes.
La lluvia ha hecho de la suyas en las calles,
la escucho correr.
La lluvia lo empapa todo,
lo limpia todo,
lo humedece todo.
Está amaneciendo,
el sol aparece entre los Pinares de Venecia;
pero tú,
duermes en paz,
como quien no tiene nada que esconder,
como quien no tiene
nada que subsanar,
como un bebé después de mamar.
Vas a despertate rodeada de agua
como si tu único refugio
volviera a ser una placenta,
como si alguien quisiera rebautizarte
y haya preparado un escenario para el caso.
Tú, que crees que nunca llueve en el desierto
hoy te sosprenderas.
Tú, que vaticinas sequías y calores
hoy te impregnaras.
Tú, que me dijiste que en Zaragoza
nunca llueve
te estás perdiendo como el cielo
se viene a la tierra.
Y es que algunos amantes
no saben que decir
por tal de seducirme,
por tal de tenerte desarmado a su lado.