Contra el tradicionalismo.

El Tradicionalismo salió del mar
con ánimo de alimentarse,
con ganas de volver a hacer lo que hicieron
los que antes que él para llenar el estómago:
pigmentarse de gris las escamas,
levantar las orejas
y poner cara de felino curioso.
Y lanza las preguntas desafiantes
como buscando un contrincante para el debate
o una víctima que le siga sin cuestionar nada.

¿Repetimos?
y la gente le responde: Repetimos
¿Imitamos? Imitamos
¿Siempre lo mismo? Siempre
¿Siempre igual? Igual
¿Nada nuevo? Nada,
¿Siempre lo hemos hecho así? Siempre,
¿No se puede cambiar? Noooooooooo
 Y yo me canso de vociferar
y en un ataque de cordura
hago una oración.

El Tradicionalismo salió del mar
dispuesto a devorar,
como siempre lo hace
pero por primera vez en mi vida
cojo una lanza
y con el miedo en la garganta
me arrojo gritando contra el monstruo.


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