También yo vivo con las venas abiertas

Hay un sector de mis amistades peligrosas,
digo yo,
que todas las amistades lo son
desde el instante mismo que pueden
romperme el corazón,
que siempre me están demandando
una poesía política
como si yo fuera el rey David,
una marca ideológica
como si pretendiera emular a Caín
o simplemente esperan que me parapete
detrás de una trinchera
y lance dardos contra el enemigo,
creyendo que hay algo de Sansón en mi cabeza.
¿Y qué les voy a decir
que ya no sepan?
Si es que a mis amistades peligrosas
me enfrento tan desnudo como Adán,
tan ecuánime como Job,
tan enojado como Jonás.
Y saben de mis magulladuras
en el camino de Jericó
y de mis ahogos en Getsemaní.
Hay un sector de mis amistades peligrosas,
los más queridos
y ni tan siquiera lo sospechan,
que hacen oraciones
para que marche hacia Jerusalén
y no ven,
o no quieren ver,
que también yo vivo
con las venas abiertas.
¿Alguien desea meter el dedo
en las heridas?



Comentarios