El desamor en los días del PC

Algunos conocidos
son capaces de recordar,
con lágrimas en los ojos,
el día que encontraron a Jesús.
Yo no puedo,
no tengo ese carisma,
de hecho creo
que fue Jesús
quien me encontró a mi.
Pero si puedo recordar
cuando comencé a desanamorarme
de ciertas ideologías.
Era el verano de 1988,
fue un verano terrible,
y a Gorbachov no se le ocurrió
otra idea
menos peregrina
que recibir en el Kremlin
a Ronald Reegan.
En el paraiso tropical
saltaron las señales de alarma,
fue durante esos días
que dejamos de leer Sputnik y Tiempos Nuevos.
La orden venía de arriba,
de muy arriba,
del trono de hierro.
Demasiada glásnot y mucha perestroika
no eran buenos bálsamos para la ortodoxia.
Algunos de mis conocidos
son capacer de recordar el amor
que viene y va.
Yo no puedo
y es que el desamor me hace más daño
que el fuego.
En el verano del 1988
los conocidos que tenía en el PC (1)
dejaron de tratarme como compañero
para comenzar a decirme ciudadano.
¿La razón?
Pensaba diferente
y tenía que ser expulsado del Edén
y a modo de escarmiento,
para que no hubiera esperanza,
colocarón un ángel
con una espada llameante
a la entrada.
Las malas lenguas dicen
que era el mismo ángel
que se presentó en el camino
que hacían Balaam y la burra.

(1) PC. Nunca significará Personal Computer

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