Bienaventurados los alejados



Estimado Txema:

En nuestra última conversación hablamos de Zaqueo, el alejado, esto fue frente a la isla Santa Clara. Zaqueo aunque era una persona rica y destacada, era un marginado. Zaqueo está alejado de sus vecinos por ser recaudador de impuestos. Zaqueo es un hombre rechazado por motivos políticos-nacionalistas, rituales y morales. Zaqueo recoge impuestos para una potencia extranjera. Zaqueo maneja dinero con la imagen del emperador romano y que según los rabinos más radicales ningún judío decente no debería ni tocar. Zaqueo se ha enriquecido de manera ilegal.

¿Qué le dice Jesús a Zaqueo? No lo sabemos a ciencia cierta, aunque algunos se atreven a especular.

En nuestra cultura es muy común el uso de la palabra hereje. Pero Jesús nunca llama hereje a nadie. Esa es una palabra nuestra. A veces muy nuestra. Jesús busca continuamente a los alejados.

Pero no caigas en el error de los populistas, Jesús no es un romántico. El romanticismo en el cristianismo es posterior a Jesús y nos ha hecho mucho daño y es que hay iglesias y cristianos que se han quedado mirando al cielo como los discípulos en Galilea. Esa tendencia de Jesús de acercarse a los del submundo no es una provocación juvenil contra el orden establecido. Tampoco lo hace por solidaridad política ni por asistencia social con los pobres, los oprimidos y los tratados con injusticia como muchos lo entienden hoy. Jesús se acerca a los indigentes como también se acerca a los enfermos, a los pecadores de todo tipo y por supuesto a los ricos recaudadores de impuestos como Zaqueo. Una observación a los hermanos literalistas, si es que hay alguno entre nosotros. No se si se ha dado cuenta que Jesús no le pide a Zaqueo que abandone su trabajo. Tampoco estamos obligados a creer que Zaqueo tras cumplir sus promesas cayó en la miseria más espantosa. Simplemente, Zaqueo forma parte de este mundo.

Jesús vive una tensión permanente con las personas, con las instituciones, con los símbolos, con la élite de la sociedad palestina del s.I. Jesús muestra su inconformidad con el Templo y los sacerdotes, con los jueces religiosos, con los escribas, con los fariseos que se han adueñado de una autoridad moral e intelectual que nadie les dio. Al final, Jesús entra en conflicto con las autoridades romana.

Ahora reconozco que para comunicarnos con el Sr. Dios necesitamos dos cosas: la fe y la oración. Las ofrendas al Templo ya no son necesarias. La adoración que se demanda es la del Espíritu y en verdad. ¿Recuerdas el canto de María? Esta en Lucas 1:  El Señor dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos, enaltece a los humildes, a los hambrientos colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Así que ahora podemos decir tú y yo al unísono: Bienaventurados los alejados, porque un día estaréis en el centro, en el corazón de Dios. Bienaventurados los marginados, porque se os sentará a la mesa del Padre. Bienaventurados los que dudan porque os pondrán un anillo en el dedo y unas sandalias bajo los pies. Bienaventurados los que buscan porque alguien hará una fiesta para ellos.

Como me gustaría que alguien hiciera una fiesta por mi. Y es que he estado alejado y ahora estoy de camino a casa.

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