El agua que pasó ya no mueve la noria

El Sr. Dios no es como nos lo habían contado en la Escuela Dominical. Y esto nos hace sentir enojadosy bifurcados aqui y ahora.                                                                                                                  
Los amigos me dices que creen en el Sr. Dios, pero la realidad es que siempre tiene dudas de El. Y para no entrar en conflictos, con el sector más tradicionalista, no diré nada sobre la manera de amar que tiene, sobre la existencia del cielo o sobre la defición de infierno que nos hacemos. La realidad, a veces la única, es que las dudas son nuestro credo más cotidiano. Por eso no logramos avanzar mucho sin cansarnos. Por eso nos encontramos la mayoria de las veces escondidos en los cuarteles de invierno. Alguien me dijo una vez que hay iglesias que son cuarteles de invierno.                             

La confianza es lo más parecido al andar por un camino nuevo. Cuando caminamos con confianza nada resulta ser un escollo, ni los espinos ni las serpientes. Cuando camino junto al Canal Imperial reflexiono en voz baja, para que nadie piense que soy un orate. Creo que hay cosas que han de ser cambiadas en el edificio eclesial, o han de ser vistas desde otro lugar, como hacen los alejados de la fe. Y es que planteamientos como siempre se ha hecho así ya no me sirven de nada. Y cuando digo nada es nada. El agua que ya pasó por el río no mueve la noria.                                                                 

Por lo pronto sigo caminando. Por prescripción médica lo hago, más que por abandonar al mundanal ruido de Zaragoza. Pero también hago algo que el médico no me dijo: estoy rompiendo un cascarón y mirando al mundo exterior con expectativas. Y es que nunca me han gustado los cuarteles.

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