Me doy permiso para pedir perdón

A veces leo periódicos viejos. Para ver como era el mundo que ya no es. Y me tropiezo con la entrevista que El País hizo en una de sus ediciones dominical del 2009 a José Luis Centella, Secretario General del Partido Comunista de España y los pelos de los brazos se me ponen de punta. Como escarpias.
Asi que me doy permiso para ser un homo politicus por unos momentos. Hay muchas cosas que no entendo de mi mundo. No entiendo, por decir una cosa, por qué somos siempre los mismos los que hemos de permanecer callados, mientrás los demás dicen lo que piensan sin tapujos. Y usan la prensa, la radio y la televisión sin ningún miramiento. Ni compasión. Bueno en realidad no hay mucha compasión en la política nacional.
Me imagino que las palabras de Centella sean sus opiniones personales. ¿O estará hablando como Secretario General? Así que, aquí y ahora, diré las mías sin espesuras ni adornos versallescos. Comienzo. Nací bajo la dictadura del proletariado teniendo como guía y camino el que trazaba el Partido Comunista de aquellaisla y eso no me hizo un tipo de derecha ni un fascistas. Aunque algunos de mis colegas lo sospechan. La intolerancia y la falta de libertad me hizo más tolerante y más sensible a la libertad y al respeto por los demás. Es irónico decirlo pero el marxismo me empujó encontrarme con Jesús, el Cristo. Y el empujón fue tan fuerte que mira a donde he llegado.
No se si los comunistas acabarán pidiendo perdón o no un día en aquellaisla. Creo más bien que será la historia quien nos saque de dudas. Quien nos aclare que entre el negro y el blanco hay muchos grises. 
También he aprendido que es muy fácil ser de izquierdas en la península y defender sin fisuras el módelo socio-ecónomico de Cuba. De ahí que la izquierda europea haya estado fascinada con sus dictadores durante el s. XX. Y que cuando Marx sentenció a la religión como el opio de los pueblos no tuvo la visión necesaria de imaginarse que después vendrían drogas más fuertes. Más totalitarias. Más deshumanizantes. Pero no quiero parecer simple. Hay que investigar más. Hay que denunciar. Hay que dar a conocer. Por lo pronto he estado haciendo revisiones bibliográficas en libros tildados de izquierda. Y lo que he encontrado es sorprendente. Dice, por ejemplo,  el Diccionario soviético de filosofía, editado por Ediciones Pueblos Unidos, en Montevideo en 1965: la práctica es el criterio de toda verdad. Me gusta este postulado leninista. Pero no es nuevo, ya lo utilizó Pablo de Tarso, que no era marxista, en establecer relaciones con los no judíos. Así que de tener el móvil o el e.mail del ciudadano Centella le invitaría a que me acompañáse a visitar mi familia en aquellaisla el próximo año.
Quizás vería, si quiere, porque no hay peor ciego que el que no quiere ver, que no todos los presos políticos que están encarcelados son autores de atentados terroristas ni por estar a sueldo de la Embajada de los EE.UU. Quizás, si mira bien, se daría cuenta que el bloqueo que más daño hace, no es el que ha impuesto el gobierno norteamericano a la isla, sino el que ha puesto el propio gobierno a sus ciudadanos.
Ya se que la historia está llena de crímenes. Horrendos. Inolvidables. Vergonzosos. Incluso la historia del cristianismo tiene su antología poética. Pero a diferencia de Centello, algunos cristianos estamos dispuesto a pedir perdón.Y decir: me he equivocado. Y Uds. tenían razón.

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