La gente joven está convencida de que posee la verdad



Una amiga que vive en esa ciudad de Cuba que está en en el sur de los Estados Unidos, Mayami,  me pregunta por el messeger de Facebook si me reconozco en la foto. Es una foto en blanco y negro. Y muevo la cabeza afirmativamente. Como ella no me ve le respondo: ¡Claro que si! Y me pongo las gafas para ver mejor y entonces puedo ver la persona que fui, sonriendo tímidamente. Estoy de pie, al fondo izquierdo con la mano sobre la pierna. A mi lado está Musulini y delante Dora. Después de tantos años, después de cruzar tantas veces el Océano Atlántico, puedo mirarme a los ojos sin que el miedo me devore el alma.

En algún lugar de Placetas deben haber más fotos como esta. En ellas estamos algunos de los graduados de la Perlacia. Fué el último día de clases. Recuerdo que fuimos entrando por grupos para hacernos una foto con la directora Berta Piñeiro. Hasta puedo recordar el nombre o apellidos de algunos de mis companeros: Loro, con la radio en la mano, Orestico, Felix, Julio, Israel, Luis Bernal, Ramón, Andrés, Esbel, Melvis, Olivia, Tatico, Alberto, Yamina, Amarilis, Aleidita, Belkis, Ana Ibis, Jose Luis, Alexis, Alberto, Vladimir, Luis y Tomás. Hay algunos que no les puedo recordar el nombre.

En 1980 todos los de las fotos erámos muy jóvenes. Nos decían que el futuro era nuestro. Creíamos que Cuba era el ombligo del mundo, una especie de paraíso tropical. Estábamos llenos de ilusiones porque iríamos al preuniversitario y arribaríamos a la mayoría de edad. Generalmente la gente joven está convencida de que posee la verdad, pero este estado no durará para siempre. La pérdida de la inocencia siempre llega. Siempre. Desgraciadamente un día amanecemos con dolores en la espalda y tenemos entonces la certeza de que eso de ser joven se ha acabado y lo que creímos que era la verdad resulta estar abarrotada de engaños. Con los años aprendimos que Cuba no era el ombligo del mundo y que el paraíso tropical solo existía para la casta gobernante.

Ahora estoy aquí en el norte de España. Mirando una foto en blanco y negro que alguien que me quiere me ha enviado desde Mayami. La miro y la remiro. Y lo hago con paz, porque tengo la certeza de que en la memoria de mi corazón los malos recuerdos han sido tirados al fondo de la mar y solo subsisten los que me hacen mejor ser humano. Son estas fotos las que hacen posible sobrellevar el pasado a fin de cuentas. Son estas fotos las que impiden que acabe siendo una estatua de sal.

Post data: Si alguien se reconoce en la foto que se de permiso para decirme Hola


Comentarios