Hay que ser luz aun cuando afuera haya oscuridad


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hay que encender una luz en la oscuridad.

Tengo delante de mí un cuaderno de hojas blancas. Estoy tentado a escribir aquellas cosas que deseo para el nuevo año. Pero si soy sincero aún no se por donde empezar. Quizás podría comenzar por escribir la palabra paz.

¿Por qué se necesita tener paz?¿Por qué necesitamos de la paz dentro y de la paz fuera? Esta son pregunta arduas. Que nos duelen.Preguntas que no queremos responder.

Los discípulos esperamos encontrar la paz en la seguridad económica, o en las relaciones armoniosas, o en los planes y los anhelos cumplidos. Pero los discípulos hemos estado creyendo más en la definición que nos ofrece la cultura imperante en cuanto a la paz, que se basa en las circunstancias externas, que en el concepto que redescubre la paz como un don que brota de nuestro corazón. Un regalo del Sr. Dios.

Jesús nos mostró el camino para vivir lo incomprensible. Lo diferente. Lo nuevo. Y es que la paz de la que hoy hablo no tiene nada que ver con las circunstancias que tú y yo experimentamos. Nada. Nos podrán quitar lo que poseemos, nos podrán obligar a caminar por lugares oscuros, nos podrán forzar a guardar silencio, pero nadie podrá impedir que seamos los amados por el Sr. Dios. Nadie.

Para los pesimistas en la fe tengo hoy una buena noticia. Todos hemos pasado por momentos difíciles y por días de dolor. Días cuando nuestras esperanzas se hacían pedazos como un vaso que cae al piso. Pero los discípulos no tenemos porque ser víctimas de las circunstancias. Jesús dejó en claro que no tenemos que vivir con ansiedad, con miedos; sino que podemos elegir un camino mejor. El camino de la paz. Pero esa paz no sólo fue para el pasado solamente. También es para el aquí y el ahora.

Y a nosotros también se nos ha dado esta promesa, y tenemos la responsabilidad de no dejar que nuestros corazones se angustien. En este tiempo que finaliza y el otro que está por venir podremos elegir tener paz. Pero para ello tendremos que darnos permiso para ser luz aun cuando afuera aun haya oscuridad.  

Tengo delante de mí un cuaderno de hojas blancas. Es el símbolo de lo que está por llegar y la primera palabra que escribiré será Paz. Paz para mi mundo. Paz en mi país. Paz para la iglesia. Paz en la familia. Paz para ti. Paz para mí. Shalom ///

Lectura del evangelio de Juan 14,27

Os dejo la paz, mi paz os doy. Una paz que no es la que el mundo da. No viváis angustiados ni tengáis miedo.

¿Quién escuchará hoy nuestra oración?      

Padre: Nosotros confesamos en este día que comienza que Tu eres el dueño del tiempo y de la eternidad, que tuyo es el hoy y es el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año queremos darte gracias por todo aquello que recibimos de ti. Gracias por los días que hemos podido respirar y por el amor que tocó a nuestras puertas. Gracias por los paisajes que vimos y  por los amigos que despedimos. Gracias por lo que fue posible. Gracias por lo que no pudo ser. . Espíritu Santo necesitamos de la paz entre nosotros. Porque a Jesús seguimos esperando. Amén.

Augusto G. Milián

 

 

 

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