Hay que encender una luz en la oscuridad urgentemente
Hoy, en aquella isla será el Día del amor y la amistad, pero en esta tierra donde vivo con el corazón en la mano es el Día de San Valentín. La mañana ha tenido una densa niebla que se ha ido escondiendo entre los pinares al este de la ciudad. Hace 4º de temperatura, las posibilidades de precipitaciones son del 2% y el viento tiene una velocidad de 4 km/h. Es martes.
Los discípulos creemos saberlo todo del amor. Pero estamos errados también en esto. En verdad el amor es un camino del que apenas sabemos nada. No sabemos si es un camino largo o si es un camino corto. Eso lo acabará revelando el tiempo. Pero si es largo o corto tampoco tiene mucha importancia como tampoco que atesoremos algunas ignorancias sobre él.
Yo tuve una vez un amigo, que era todo para mi, si él sufría, yo sufría y él también sufrió por mi. Y aunque largo era el camino, en la marcha le fui fiel, porque tenía un camino y mi amigo iba por él. Pero un día inexplicable, con un trillo él tropezó y sin una despedida el camino abandonó. Me quedé con medía vida, no lo olvidé jamás, pues si hallar un amigo me cuesta, perderlo me cuesta más. Pero aunque me fui llorando, por el camino seguí. Un camino no se deja ni por un amigo así.
Para los amigos que vierten sobre mis heridas vino y aceite y me sostiene cuando caigo cultivo una rosa blanca. Para los amores que se marcharon por otro camino, también para ellos, cultivo una rosa blanca.
Si, el amor es un camino muy difícil de borrar.
Lectura de la primera carta a los Corintios 13, versos 4 al 7
El amor es comprensivo y servicial;
el amor nada sabe de envidias,
de jactancias, ni de orgullos.
No es grosero, no es egoísta,
no pierde los estribos, no es rencoroso.
Lejos de alegrarse de la injusticia,
encuentra su gozo en la verdad.
Disculpa sin límites, confía sin límites,
espera sin límites, soporta sin límites.
¿Quién escuchará hoy nuestra oración?
Padre: Te pido que bendigas a mis amigos, que puedan distinguir tu amor y tu poder. Te pido que seas la guía en medio de la noche oscura. Si tienen dolor, dale tu paz y tu misericordia. Si tienen dudas, que se haga la confianza. Si tienen cansancio, te pido que le des fuerzas para seguir adelante. Si hay estancamiento espiritual, te pido que le reveles tu compañía en medio de la tormenta, para un nuevo comienzo en la fe. Si tienen miedo, que alguien les abra la puerta. Precisamos de la luz interior suficiente para poder distinguir el bien y el mal, el amor y el desamor, la fe y la desesperanza. Jesús, tu eres nuestro camino. Amén ///
Augusto G. Milián
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