Recuerda que puedes respirar, que puedes caminar y que puedes bendecir.

Hay que encender una luz en la oscuridad

Tú que me escuchas: Ten un bendecido amanecer.

Con los años hemos olvidado muchas cosas. Hemos olvidado, por ejemplo, que un cristiano es alguien que no es vencido por el mal, sino que vence al mal haciendo el bien. Hemos olvidado que los cristianos son una especie de inconformes que no se quedan con las quejas en los labios, sino que se remangan las mangas de la camisa y proponen soluciones. Hemos olvidado que los cristianos son los que llaman a las puertas cerradas. Y no sólo una vez, sino dos y tres, como los carteros.

En esta mañana compartimos unas palabras de Jesús. Palabras que el evangelista Mateo quiere que no olvidemos y que las atesoremos tú y yo para el día cotidiano. Para hoy. Son palabras que Jesús pronuncia desde el monte donde le han seguido los discípulos y otras personas. Jesús sabe de las traiciones y del desamor. Por ello no quiere proponer nuevas cargas.

Tú y yo, no siempre recibimos lo que esperamos. A ti y a mí no siempre nos llegan buenas noticias. Tú y yo, no siempre tendremos una salud de hierro. A ti y a mí la tristeza nos tocará a la puerta más temprano que tarde. Y cuando esto ocurra, es entonces cuando el desaliento entrará sin pedir permiso a nuestros corazones. Y lo inundará todo. Como hacen las mareas altas. Pero Jesús no es un fatalista. Así que su propuesta es sencilla: ¡no pagues con la misma moneda!

Nosotros vivimos en un mundo donde no se habla en voz alta del Sr. Dios. Ni a la derecha ni a la izquierda. Y para algunos Jesús sólo está en el pasado. Pero nosotros sabemos más cosas. Sabemos, por ejemplo, que entre sus palabras y sus hechos no había muro de separación. Sabemos que nos ha dado al Espíritu Santo para que nos sostenga cuando caemos. Sabemos que es el cordero del Sr. Dios que quita la maldad del mundo. Y que no podemos vivir en el pasado.

Tú que me escuchas: No sé lo que vas a pedir en este día que comienza. Pero recuerda que hoy puedes respirar. Que hoy puedes caminar. Que hoy puedes bendecir. Así que mantén viva tu fe. Y mantén viva tu esperanza.

Lectura del evangelio de Mateo 7,12

Portaos en todo con los demás como queréis que los demás se porten con vosotros. ¡En esto consisten la ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas!

.¿Quién escuchará hoy mi oración?¿Quién?

Señor Dios y Padre nuestro:  te damos gracias  en este día  porque nos has amado cuando nadie más lo hizo. Nadie más. Ayúdame a no devolver mal por mal, sino a ser un hacedor de pequeños milagros allí donde estoy. Y que el Espíritu Santo me enseñe a tratar a los demás sin esperar nada a cambio. Nada. Porque a Jesús nosotros seguimos. Amén.

Augusto G. Milián

 

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