Querido diario: A veces hago visitas. Y en aquella casa lo único verde que había era un cactus mirando por la ventana al mundo exterior. Y supe que el espécimen que vivía allí es de ese tipo de gente que habita el pasado o en el l futuro, pero nunca el presente, que es el prototipo de persona que siempre están pensando en lo malo que puede ocurrirle, que ve amenazas en las nubes grises del cielo, y se queja de que nadie le quiere porque en realidad ni el mismo se quiere, así que dedica mucho tiempo en observarse cómo ser más infeliz por dentro mientras afuera brilla el sol. Y me dio tanta pena el cactus que antes de despedirme me lo guardé en la mochila y me lo llevé a otra geografía sin pedir permiso.
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