Esta no es una historia triste

Mateo 28: 1-8

Querida iglesia:
El evangelio de la mañana es uno de los más importantes para la iglesia. Aquí encontramos la proclamación del Resucitado y el mensaje de que la cruz no fue la última palabra, sino que Dios tiene la última palabra para nosotros en la vida y en la muerte.
Escuchamos que las mujeres vienen temprano a la tumba. Deberíamos escuchar esto con los dos oídos. Vienen afligidas y buscan a aquel a quien aman. Saben que Jesús murió en la cruz, y todos sus sueños y esperanzas con él. Estas mujeres también están encerradas por así decirlo, y no ven esperanza en medio de la oscuridad.
Pero encuentran la tumba vacía. Jesús no está allí. Este es el núcleo del evangelio para los primeros cristianos y también lo es para nosotros. Y nos afecta hoy, porque hay algo en este texto que al principio no vemos, pero que nos habla de una resurrección como una realidad en nuestra realidad.
¿Qué nos narra el texto? Jesús ha resucitado y la tumba está vacía. Jesús no está ni en la tumba ni en el relato. En todos los demás textos del año en la iglesia, Jesús es la figura central. Escuchamos que Jesús hace, que habla, que cuenta, que actúa, que sana. Pero en esta mañana Jesús se ha ido. Y no sólo se ha ido del sepulcro sino del texto.
Lo que encontramos es el anuncio de la resurrección. Ese si permanece en el texto. Y esto es lo que inspira alegría en las mujeres Él no está aquí, ha resucitado. Ante este anuncio, se alejan del sepulcro con gran temor y gran alegría. Las mujeres sospechan que la tumba podría estar vacía por muchas razones. Pero la proclamación les dice que está vacía porque Cristo vive. Y esta es la buena noticia que ellas escuchan.
Ahora Jesús no sólo está en el texto escritural que leemos sino que la Palabra también está en el camino. Ahora nosotros estamos en la misma posición que las mujeres. Hay una palabra que se nos dice acerca de la resurrección de Cristo. Y delante de nosotros está el desafío a vivir de la Palabra, porque la fe viene de escuchar.
Querida iglesia: esta sería una historia tremendamente triste si terminara simplemente con el Cristo desaparecido. Pero no es así. O al menos no es lo que se nos anuncia. A la pregunta: ¿Dónde está el Cristo? Podemos responder: Ahora Cristo está presente en la comunidad de fe, y por lo tanto en  medio de la mesa donde compartimos el pan y el vino y en la proclamación de la Palabra.
Esa es la buena noticia de esta mañana. Que la Palabra está liberada de la oscuridad y de la esclavitud  del deterioro. Sí, creemos que el Sr. Dios puede hacer que todo sea nuevo. ¿Si levanto a Jesús de la muerte, qué no podrá hacer con nosotros?
Querida iglesia: Viviremos de este anuncio, porque la tumba estaba vacía, y Jesús esta en el camino. Viviremos de este anuncio porque  Cristo está en medio de nosotros y nos llama a la comunión.
Querida Iglesia: Christos anesti!

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